Samuel Beckett, Samuel beckett, samuel Beckett, samuel beckett. Ahora mismo, en estos precisos momentos, me rasco la cabeza. Me rascaría con tal suavidad pero con una entereza tan ibérica -hasta que palas atenea saliera escupida de mis mientes o hasta descerebrarme sintiendo la sangre como una mescalina hiriente pero dulce- sino fuera por que he comprendido que de poco sirve describir a alguien del cual solo tengo unas vagas ideas provenientes de ensayos biográficos y, sobre todo, siendo consciente de la inutilidad que entraña la misma descripción. Estoy seguro de que beckett se partiría el culo de risa, porque una cosa es reirse por condescender a quien tienes delante de las narices y otra reirte con el mismísimo estomago "allá donde fluyen todos los desperdicios de la cultura en masse". Es como si la risa se te metiera dentro de los sesos y los sacudiera con fuerza.
Saber hacer reir es un arte, y lo es cuando el que hace reir sabe identificar esos elementos que estan intrínsicamente ligados con nuestra historia ¡La historia humana! No os preocupéis, ni siquiera pienso en la historia, y si lo hiciera lo que menos haría sería pretender trasmitírosla. Bien nos la inculcaron, primero la nacional luego la UNIVERSAL. ¡Como si hubiera alguna historia universal! Hay catedráticos de historia y borricos, los demás se atragantan con la historia que es descrita en esos libros y manuales que parecen mendrugos de pan seco.
Pero Beckett sí rie de la única forma que ni tu ni yo reimos en este instante en que intelectualmente estamos ligados. Beckett rie ahora con esa sonrisa que los muertos esconden tras la tierra y que los vivos ocultan tras el miedo, una sonrisa que se descojona de la asociación humana, esto es de la sociedad misma. La última sonrisa.
No es una desgracia que la narrativa de Beckett esté tan pobremente editada considerándolo desde esta actualidad en la que nos encontramos, tú y yo; ¿No es acaso este posicionamiento, actual, lo que importa a fin de cuentas? Por supuesto que sí.
La obra de Beckett a la par de interesantísima requiere de algo, que aunque sea dificil de creer, los seres humanos no suelen poseer gratuitamente, esto es: el tiempo.
Obligados por unos elementos internos amarrados fuertemente en las bases sicológicas del individuo -en aquella parte primigenia incluso al mismo pensar: de "la preferenciabilidad"1, esto es, de las preferencias que nos pueden condicionar y lo hacen en el mismo instante que se capta algo con los sentidos-, estos elementos que preconfiguran la personalidad del hombre moderno pueden ser la causa de un rechazo redondo, y el miedo de captar unos aspectos de la realidad que nos son dados por otro hombre que siente la necesidad de transmitirlos, unicamente contribuyen a encadenarnos tras la mentira.
Conozco algunos ensayos y estudios biobibliográficos acerca de Samuel Beckett pero he leído pocos y lo leído casi ni lo recuerdo. Un estudio que si merece la atención es el realizado por Klaus Birkenhauer cuya reseña bibliográfica os dejo a continuación:
- Beckett, Klaus Birkenhauer. Alianza Editorial. 1976. 235 pags.
Birkenhauer estudia la obra de beckett sin apenas entrometerse en los aspectos biográficos del autor -y si lo hace, lo hace siempre desde una perspectiva muy firme - , analiza obra por obra, sus elementos que las componen y que son comunes a la peculiar narrativa de Beckett.
En la Península Ibérica - me niego a decir es.. - la mayor parte de sus obras han sido editadas por Tustets/Lumen. Alianza, Orbis y otras editoriales han editado aquellas obras que han sido más reconocidas del autor, como la trilogía "Molloy, Malone Muere y El Innombrable"; obras de teatro como "Esperando a Godot y Diás Felices". En numerosos manuales de literatura cuando se habla de beckett parece que solamente se atreven a hablar con cortedad de algunos aspectos literarios comunes a su teatro, pero más allá de eso, la narrativa grande de Beckett, sus relatos largos en los que se agrupa la trilogía mencionada anteriormente, es lo que mejor refleja el grado de experimentación y sobre todo de las inquietudes existenciales del autor.
Hablo de Mercier y camier, Watt, Murphy, Cómo es, Belacqua en Dublín, ect...
Beckett siempre eludió hablar de él, de su vida, a quien le preguntaba acerca de ella le contestaba diciendo: "en mis obras está todo lo que tengo que decir".
Así mismo sentía un pronfundo hastío por los críticos. A partir de "esperando a Godot" es que se empieza formar la polémica, que si teatro del absurdo, existencialismo, ruptura del lenguaje, desposesión del hombre con lo social y un sin número de fórmulas críticas que a Beckett seguramente le sacarían alguna sonrisa. A continuación transcribo unas palabras del mismo Beckett y después preguntaros ¿Es que acaso se debe saber más, porqué? ¿No es bastante con lo que ya escribió?
" En una fiesta en Inglaterra uno de los llamados intelectuales me preguntó porqué escribía siempre sobre el dolor y la miseria. ¡Como si esto fuese algo perverso! Quería saber si mi padre me había pegado o si mi madre se había escapado de casa, y si mi infancia había sido por eso desgraciada. Yo le dije: No; he teneido una niñez muy feliz. Lo cual hizo que le pareciera más perverso aún. Abandoné la fiesta lo más pronto que pude y tomé un taxi. En el cristal que me separaba del taxista estaban pegados tres letreros: En uno se pedía ayuda para los ciegos, en otro para los hospicianos y en el tercero para los refugiados de guerra. El dolor y la miseria no hace falta buscarlos. Nos gritan a la cara hasta en los taxis de londres."2
Si hay un escritor del que se haya escrito y escrito hasta la saciedad uno de ellos es Samuel Beckett. Pero no se puede querer ver más de lo que de hecho tus ojos perciben. A Beckett hay que leerlo, es lo único que yo puedo decir. Los textos de Beckett son únicos, su forma de narrar y de hacer poesía es tan particular que basta solamente un párrafo para saber de quien procede.
Poco más puedo decir, pero vuelvo de nuevo a repetir que para conocer a Beckett hay que leerlo. Así mismo pienso de los demás escritores que se merecen mi tiempo y mi concentración.
Os dejo aquí unos cuentos que podréis descargar pulsando sobre el enlace.
-Cuentos, Samuel Beckett.
Obras publicadas en castellano de Samuel Beckett:
- El Innombrable (Alianza, 1971)
- Detritus (Tusquets, 1978)
- Residua (Tusquets, 1981)
- Textos para nada (Tusquets, 1983)
- Primer amor (Tusquets, 1984)
- Sin - El despoblador (Tusquets, 1984)
- Fin de partida (Tusquets, 1986)
- Pavesas (obras breves de teatro, TV y radio - Tusquets, 1987)
- Relatos (Tusquets, 1987)
- Esperando a Godot (Tusquets, 1988)
- Mercier y Camier (Lumen, 1989)
- Manchas en el silencio (Tusquets, 1990)
- Murphy (Lumen, 1990)
- Belacqua en Dublín (Lumen, 1991)
- Cómo es (Debate, 1991)
- Watt (Lumen, 1994)
- Molloy (Altaya, 1995)
- Los días felices (Altaya, 1996; Cátedra, 1989)
- Eleutheria (Tusquets, 1996)
- Quiebros y poemas (Ardora, 1998)
- Compañía (Anagrama, 1999)
- Obra poética completa (Hiperión, 2000)
- Film (Tusquets, 2001)
- Rumbo a peor (Lumen, 2001)
- Malone muere (Alianza, 2002)
- A vueltas quietas (La Uña Rota, 2004)
- Deseos del hombre - Carta alemana (La Uña Rota, 2004)
- Teatro reunido (Eleutheria - Esperando a Godot - Fin de partida - Pavesas - Film, Tusquets, 2006)
- La capital de las ruinas - F-- (La Uña Rota, 2007)
En otro comentario os pondré al alcanze "Film", que fue el contacto con el cine de Beckett. Escrito por él mismo y protagonizado por Buster Keaton. Queda pendiente hablar largo y tendido sobre este fabuloso cortometrajo mudo dirigido por Alan Schenneider.
Hasta pronto.
¡Salud, Fuerza!
1) De lo que prefieres en determinado momento. La elección demuestra aquellos oscuros cajones que te diferencian. Os recomiendo encarecidamente que echéis un ojo al artículo de José Ortega y Gasset "La elección en el amor (1927)" - Estudios Sobre el amor. José Ortega y Gasset.Revista de Occidente. 8ª Edición. 1952. En cambio como me sale de adentro pues pronto, muy pronto, prontísimo ¡Ya! Os lo he puesto en bandeja.
Pulsad sobre el enlace: La eleccion en el amor, Gasset.
2) Texto sacado del libro de Klaus Birkenhauer. Beckett. Klaus birkenhauer. Alianza editorial, 1976 pags. 9-10.
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