para quien no conozca a Jiddu Krishnamurti.
La confusión que existe en la cultura española acerca de los textos que recogen las conversación y charlas del librepensador Jiddu krishnamurti es desagradable para una persona que realmente lo haya captado tal cual era.
La confusión en el ámbito editorial es desconcertante. Clasificados como textos "Místicos" o "Filosóficos" , por no decir el carácter que le imprimen de esa mala literatura que envenena las mentes inadaptadas a la realidad insuflándoles una piedad postiza y una autocompasión maniqueísta, a individuos que habiendo perdido su originalidad y voluntad han elegido ser guiados por unos esquejes de hombres paridos por la industria y el comercio que despiadadamente usan esa debilidad para beneficiarse y asegurarse su subsistencia en la mentira. Es mejor no proseguir; hablo de eso que llaman superación personal o literatura de autosuperación; el peor veneno que conjuntamente con la desestructulización de eso que se ha denominado literatura , ha degenerado en un sin fin de géneros que son generados en serie y consumidos sin conciencia por la masa ansiosa de autoafirmarse en su debilidad.
Ni Krishamurti se consideraba un filósofo ni un místico, menos aún hindú. Si algo se puede decir de Krishnamurti es que era un librepensador -lo sigue siendo puesto que vive en sus manifestaciones físicas y emocionales-; y un librepensador totalmente original, consciente de ese proceso que implica el mismo experimentar, es decir: la experiencia de la vida o de vivir.
Tampoco se puede decir que Krishnamurti tenga un sistema específico, por que él mismo ya habló bastante sobre ello. "Un sistema de pensamiento, de conducta, de ideales o valores surgidos del egocentrismo, es algo estático, algo fijo. Siendo el impulso vital y la naturaleza misma algo en constante movimiento; de ahí que surge la pura necesidad de estar alertas, de reconocer libremente sin infravalorar lo que acontece dentro de nosotros mismos y alrededor" Esto último no es de Krishnamurti. ¿Pero que importa? En síntesis, es lo que yo he captado de sus conversaciones.
¿Cómo conversaciones? Obvio. Krishnamurti no escribió, simplemente hablaba -y hablar no es tan simple como parece-, sus oyentes fueron los que recogieron apuntes acerca de sus charlas. Krishnamurti únicamente escribió unos diarios publicados por Edhasa y por Akal.
Es por ello que usando todos los medios de los cuales dispongo, con sinceridad os digo que leáis lo que he digitalizado de Krishnamurti; esa será la prueba fehaciente de desbancar toda la confusión y sobre todo para que conozcáis a un hombre que se preocupó por lo que le rodeaba. Hoy por hoy, captar a Jiddu Krishnamurti es necesario.
Y mediante ese "tú a tú oral" se transmite.
" Ser, es estar relacionados; no comprender nuestras relaciones es degracia, lucha." J. Krishnamurti.
2. EL NACIONALISMO
Pregunta: ¿Qué es lo que viene cuando el nacionalismo se va?
Krishnamurti: La inteligencia, evidentemente. Pero temo que eso no sea lo que esta pregunta implica. Lo que ella implica es esto: ¿Qué es lo que puede substituir al nacionalismo? Ninguna substitución es acto que traiga inteligencia. Sí abandono una religión y me adhiero a otra, o dejo un partido político para ingresar más tarde en alguna otra cosa, esta constante substitución indica un estado en el que no hay inteligencia.
¿Cómo nos libramos del nacionalismo? Sólo comprendiendo plenamente lo que él implica, examinándolo, captando su significación en la acción externa e interna. En lo externo, él causa divisiones entre los hombres, clasificaciones, guerras y destrucción, lo cual es obvio para cualquiera que sea observador. En el fuero íntimo, psicológicamente, esta identificación con lo más grande, con la patria, con una idea, es evidentemente una forma de autoexpansión. Viviendo en una pequeña aldea, o en una gran ciudad, o donde sea, yo no soy nadie; pero si me identifico con lo más grande, con el país, si me llamo a mí mismo hindú, ello halaga mi bienestar; y esa identificación con lo más grande, que es una necesidad psicológica para los que sienten que la expansión del "yo" es esencial, engendra asimismo conflicto, lucha entre los hombres. De suerte que el nacionalismo no sólo causa conflictos externos, sino frustraciones íntimas; y cuando uno comprende el nacionalismo, todo el proceso del nacionalismo, éste se desvanece. La comprensión del nacionalismo llega mediante la inteligencia. Es decir, observando cuidadosamente, penetrando el proceso íntegro del nacionalismo, del patriotismo, surge de ese examen de la inteligencia; y entonces no se produce la substitución del nacionalismo por alguna otra cosa. En el momento en que reemplazáis el nacionalismo por la religión, la religión se convierte en otro medio de autoexpansión, en una fuente más de ansiedad psicológica, en un medio de alimentarse uno mismo con una creencia.
Por lo tanto, cualquier forma de substitución, por noble que sea, es una forma de ignorancia. Es como alguien que substituyera el fumar por la goma de mascar o el fruto del betel. En cambio, si uno comprende realmente, y en su totalidad, el problema de fumar, de los hábitos, sensaciones, de las exigencias psicológicas y todo lo demás, el vicio de fumar desaparece. Sólo podéis comprender cuando hay un desarrollo de la inteligencia, cuando la inteligencia funciona; y la inteligencia no funciona cuando hay substitución. La substitución es simplemente una forma de autosoborno, de incitaros a que no hagáis esto pero sí hagáis aquello. El nacionalismo -con su veneno, sus miserias y la lucha mundial que acarrea- sólo desaparece cuando hay inteligencia, y la inteligencia no surge por el mero hecho de pasar exámenes y estudiar libros. La inteligencia surge cuando comprendemos los problemas a medida que se presentan. Cuando hay comprensión del problema en sus diferentes niveles -no sólo en la parte externa sino de lo que él implica en su aspecto interno, psicológico-, entonces, en ese proceso, la inteligencia se manifiesta. Cuando hay , pues, inteligencia, no hay substitución; y cuando hay inteligencia desaparece el nacionalismo, el patriotismo, que es una forma de estupidez.
Texto sacado del libro de "La Libertad Primera y Última" de Jiddu Krishnamurti. Editorial Edhasa, 1979.
2 comentarios:
Me ha gustado esta entrada. Tengo la misma sensación cuando veo que la gente sitúa a Jiddu entre un montón de santones hindúes, como si d uno más se trataba. Eso les delata en un discurso poco profundo y una comprensión de Jiddu nula.
Cierto.
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