
Ping Pong Mongol nos muestra la pura estepa de los mongoles con una sencillez maravillosa. Lo que se aprecia en el transcurso del film es la naturaleza y la comunión ancestral de una cultura con su medio: la tierra.
Aparentemente, algo que se advierte y que hace posible esa explosión de belleza que nos invade desde la imagen, es la sencillez con que el realizador Ning Hao nos muestra lo que ha concebido. Una trama sencilla sobre unos muchachos, su vida en la estepa, la hermosa relación que tienen con los caballos orihundos de la region mongolesa, la inocencia y el hechizo de lo mágico. La trama solo es una parte más del desarrollo de la vida y el tiempo que vemos transcurrir en el film, la trama no absorbe no pretende absorber toda nuestra atención por lo que el filme no es reiterativo hasta la saciedad. No plantea nada y así mismo, habiendo captado con el corazón, un amplio haz de emociones nos asaltarán: la belleza inesperada de lo que acontece .
La magía de lo espontáneo.


Las imágenes son bellas porque la naturaleza es soberbia ¿Qué hacer cuando la naturaleza en si mismo ya lo dice todo? Colocar la cámara, enfocar y todo lo demás corre a cargo de lo que está ahí. Si hay algo que enturbia ese florecer bello que nos transmite la naturaleza será la pretensión, el ansia de manipular algo para unos fines propios, mundanos.

Un film que mantiene su frescura.

En fin, os animo a que visionéis ping pong mongol.
Salud y fuerza.
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